Sabes lo que quieres, sientes el deseo, te lo imaginas, te emociona, pero al mismo tiempo… no te mueves. Lo pospones, lo justificas, te paralizas, y eso duele. Porque tener claro lo que quieres y no ir a por ello genera una tensión interna muy grande, y a veces, mucha culpa también.
No es pereza. Es miedo.
En ocasiones confundimos la falta de acción con pereza o falta de disciplina, aunque la mayor parte del tiempo no se trata de eso, se trata de miedo.
-Miedo a fracasar.
-Miedo a decepcionar.
-Miedo a salir del sistema.
-Miedo a no estar a la altura.
-Miedo a lo que dirán los demás.
-Miedo a salir de nuestra zona de confort.
El miedo no es el problema, el problema es dejar que dirija tu vida.
Reconoce tus excusas (aunque suenen lógicas)
«Ahora no es el momento».
«Necesito formarme más».
«Cuando los niños crezcan».
«Cuando tenga más dinero».
Puede que algunas de esas cosas sean ciertas, pero si se convierten en muros constantes que postergan tu deseo, se transforman en excusas disfrazadas de lógica, y el deseo se va apagando.
🌿 Lo que puedes hacer hoy
Reconoce el deseo como algo válido
Deja de justificarlo, minimizarlo o racionalizarlo, si lo sientes, existe, y si existe, importa.
Ponle palabras concretas
¿Qué es exactamente lo que quieres? Escribirlo le da forma y fuerza.
Visualiza el primer paso (no el final)
No necesitas tener todo el proceso resuelto. Solo el siguiente paso claro.
Rodéate de personas que te impulsen, no que te frenen
Tu entorno influye y mucho.
Hazlo con miedo, pero hazlo
El coraje no es ausencia de miedo, es acción a pesar de él.
✨ Tu deseo no es casualidad
Lo que anhelas desde el corazón tiene sentido, no está ahí para molestarte ni para frustrarte. Está para guiarte. No necesitas tener todo claro. Solo necesitas decirte la verdad, y empezar.
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